El éxito implica rodearte de personas



Como ya has leído en mis publicaciones anteriores (y si aún no, te invito a hacerlo), mi principal ingreso lo obtenía por medio de mi quincena, es decir de mi empleo, al ser Contador Público, mi vida transcurría entre estados financieros, cuentas de balance, cuentas de resultados, integraciones de cuentas, análisis financiero, procesos etc.

Para poder realizar ese trabajo requería una concentración al 100% y enfoque total en lo que estaba realizando, ya que un error mínimo de algún número se convertía en al menos 2 horas más de reproceso hasta encontrarlo, resolverlo y poder entregar de manera correcta mi trabajo, y seguir manteniendo mi reputación y credibilidad en mis acciones y con mi jefe;  por lo cual yo llegaba a mi trabajo a las 8:30am después de dos horas en el tráfico de la ciudad, ya un poco cansada, estresada y fastidiada de todo el trayecto, para ser la mejor amiga, obviamente, de mi computadora y el Excel que me ayudaba con todos mis cálculos.

Recuerdo que durante más de 12 años no generé muchas amistades solo las 3 compañeras de mi trabajo que hacían lo mismo que yo y que se sentaban junto a mí, nuestra única distracción era durante la hora de la comida la cual, tenía que ser rápida porque sólo constaba de una hora de la cual media se nos iba en hacer fila para que nos sirvieran en el comedor de la empresa y para conseguir una mesa en donde sentarnos, como yo tenía la responsabilidad de llegar lo más pronto posible a casa para cuidar a mis dos hijos, yo no aceptaba ningún tipo de distracción  para mí no existían los 15 minutos del café o la media hora en la oficina de alguien más  porque eso significaba tiempo de calidad con mis hijos, aunque la mayoría de los días les fallaba y los encontraba ya dormidos. Por lo menos sabía que entre más temprano llegara más rápido liberaría a mi mamá de cuidarlos y ella podía descansar.

Los fines de semana aunque teníamos invitaciones a salir con la familia a fiestas o reuniones yo no tenía la menor intención de socializar ya que para mí era más importante el dejar todo listo para la siguiente semana ya sea ropa, comida o tareas, en caso de que fuéramos, más por obligación o compromiso que por gusto, mi principal objetivo era salir de ahí lo más rápido posible para llegar a descansar o ver la T.V., tampoco me gustaba escuchar los problemas de los demás porque sentía que con los míos era más que suficiente. Todo mi tiempo libre era utilizado entre mis hijos y entretenerme para olvidarme de las presiones y el estrés del trabajo, sinceramente no me interesaba tener amigas, total, tampoco tenía tiempo para dedicarles a ellas.

Cuando inicié emprendiendo me di cuenta que eso no funcionaba, me encontré sin estar rodeada de personas, debido a mi personalidad tan egoísta de los últimos años (suena fuerte pero es la verdad) y eso fue uno de los mayores retos para mi proyecto,  sé que hay personas para las que hacer amigos es una cualidad y se les da fácilmente, como mi esposo que platica con cualquier persona, pero para mí era un mundo completamente desconocido, totalmente lejano a mi manera de actuar y de pensar, algo en lo que nunca me había interesado y que no había trabajado, tenía escasas 3 amigas que hoy que lo pienso ellas me hacían el favor de seguir siéndolo porque yo jamás tenía un detalle con ellas que no fuera lo usual de felicitarlas en su cumpleaños o invitarlas a comer muy rápido; aun así, lo que me ayudó, es que cuando yo me fijo una meta voy tras ella sin importar lo que haya que enfrentar. Por lo que inicié por lo más básico, saludar a las personas en cualquier parte, interesarme en ellas, sin duda creo que las personas que tenía a mí alrededor debieron haberse impresionado por ese cambio, de pronto no sólo saludaba a las personas sino que me detenía a escucharlas a tratar de entender sus necesidades sus preocupaciones y tratar de apoyarlas en algo, por lo menos con una palabra de aliento o simplemente un hombro para apoyarse.

Por supuesto que al ser emprendedora y rodearme de más emprendedoras me di cuenta que todas absolutamente todas trataban de ser amigas entre ellas, de apoyarse entre sí, de escucharte y darte tips, de reunirse y trabajar juntas, yo pensaba entre mí: -esto del trabajo en equipo ¡realmente existe!-  No, es una leyenda que se inventaron en la Universidad, porque hasta ahora lo único que yo había conocido de trabajo en equipo era en la oficina y no se trataba más que cada quien hacer su parte y que el jefe se colgara la medalla del trabajo de todos. Esto era diferente, se trataba de ayudar al de al lado con tu tiempo, con tus consejos, con tus experiencias,  el prestar tu casa para hacer alguna demostración de los productos el recibir a personas extrañas y brindarles tu mejor sonrisa, el hacerte amiga de la amiga de la amiga.

Poco a poco comencé a entender que, el secreto estaba en generar valor a los demás, algo que por supuesto nunca había hecho por lo que me tocó sembrar desde cero; pero el reto lejos de asustarme me motivó, comencé a hacer más llamadas en los cumpleaños, a estar al pendiente de cada cosa que me decían y adentrarme en los sentimientos de las personas, en sus necesidades básicas de pertenencia, seguridad, amistad, confianza; y a raíz de eso comencé a recibir lo mismo y aún más, ¡multiplicado!  Fue increíble darme cuenta que por tantos años yo misma me había cerrado a la posibilidad de compartir mi tiempo, mis habilidades y mis dones con los demás y de esa forma, también me había cerrado a recibir todo lo que los demás seres a mi alrededor podían enseñarme.

Aún me siento en deuda con mis amistades viejas y nuevas, y este proyecto intenta retomar con fuerza y recuperar el tiempo perdido, en aportar valor a otros por medio de lo que he aprendido, sin duda tengo todo un largo camino aún por recorrer, pero puedo compartirte que, al día de hoy, mi lista de amigas y amigos se ha multiplicado exponencialmente y tengo la certeza de que he podido aportar valor a cientos de personas y continuo trabajando en ello; hoy sé que en cada corazón hay un tesoro listo por descubrirse si te das el tiempo para hacerlo,  ábrete y espera recibir siempre lo mejor de todos los que te rodean y la vida te sorprenderá sin vacilación.

Hoy sé, que no se trata sólo de ver quien me compra, hoy se trata de ver a quien puedo aportarle algo que le beneficie, tú como emprendedora sé que también lo tienes muy claro si estás más avanzada que yo en este camino ¡te felicito! y si, como yo, aún estas en el proceso te recomiendo que sigas trabajando en ello y que, te abras a la posibilidad de seguir conociendo personas, en especial te recomiendo el libro de John Maxwell – (21 cualidades de un líder) en donde menciona: “El mayor bien que usted puede hacer por otro, no es mostrarle sus riquezas sino revelarle las de él”.



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